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DOSBOX la mejor herramienta para nostálgicos

Hoy voy a hablar de DOSBOX, un utilísimo emulador del vetusto MS-DOS que hará las delicias de cualquier aficcionado a juegos antiguos (me niego a decir "viejos", las películas en blanco y negro son clásicas, o "de la era dorada"... ¿por que nadie las llama viejas?).

Gracias a DOSBOX, un programa completamente gratuíto, podemos volver a disfrutar de algunos clásicos sin necesidad de disponer de la disquetera de 3,5 o incluso 5 y cuarto pulgadas. En una era en la que por fin parecen desterradas estas unidades, parece ser que muchos vuelven a los clásicos tanto por nostalgia como por necesidad de jugar a títulos que están hechos con el corazón y no con el dinero. No digo que ahora no se hagan buenos juegos, pero si se puede revisitar Casablanca y disfrutar con ella.. ¿por qué no revisitar por ejemplo el King Quest V o el Bloodwitch? Evidentemente, el ejercicio de la nostalgia está supeditado a las ganas que tengamos de volver a aquel momento en que descubrimos ése juego especial. Ver Casablanca no nos llevará más de las dos horas que dura la película, pero acabarse un juego de más de 10 horas de duración es otra historia. Yo, por lo general, no paso de la instalación y el disfrute de los primeros minutos. Si el juego me engancha de nuevo, puedo plantearme jugarlo más a fondo, pero reconozco que soy bastante víctima de los gráficos, lo cual implica ser vago. Vago para usar la imaginación y suplir con ilusión las carencias gráficas de los títulos de antaño. Ya me cuesta acabarme los juegos hoy en día, como para rejugar algunos títulos aunque sean míticos. Pero defiendo el ejercicio de la nostalgia como algo sano. Al igual que se pueden tener buenos recuerdos mirando fotos o souvenirs de un viaje, volver a ver las intros o los personajes de los clásicos me devuelve por un instante a la época en la que tenía quince años y estaba en el instituto. Cuando todo era.... diferente.

De nuevo me he ido por los cerros de Úbeda. Estábamos aquí para hablar del DOSBOX. Entre sus virtudes destaca el no tener que lidiar con los disquetes de arranque, compatibilidad casi total con prácticamente todos los juegos de MS-DOS, el no tener que lidiar con la trístemente conocida memoria expandida y el diabólico emm386.exe

Como contra, destacar que carece de interfaz gráfica, lo cual puede resultar gracioso a los que conocimos el DOS, pero es que a la hora de arrancar un juego instalado por ejemplo en c:\temp, tenemos que "montar" ese directorio como si fuera un disco duro, lo cual implica aprenderse nuevos comandos (existe un truco que me enseñó mi hermano que consiste en arrastrar el ejecutable directamente sobre el icono de DOSBOX. Gracias, Juan). Otra pega que le pongo es que si arrancas un juego en DOSBOX directamente, tendrás algún que otro problema con la detección del hardware, al no haber cargado los drivers de tus periféricos para DOS. Y quizá para ponernos tiquismiquis, que no ejecuta los juegos a pantalla completa, aunque para eso está el útil atajo de teclado ALT+ENTER, que maximiza a pantalla completa la ventana en la que se ejecute.

Pero para evitar todos estos contras, está DOSBLASTER. Dosblaster es una pequeña aplicación que añade unas jugosas opciones al menú contextual que aparece cuando pulsamos con el botón derecho sobre cualquier elemento de windows. Por un lado, la de lanzar el juego directamente, y por otro, la opción de configurar los parámetros del juego para compatibilizarlo con cualquier tarjeta de sonido, (incluso aunque no la tengamos, puede emularla, como las viejas Adlib), periférico tipo Joystick o volante, y especialmente, cambiar entre tarjetas gráficas y cantidad de memoria a emular. Una gozada.

Otro detallazo es la posibilidad de maximizar directamente el juego a pantalla completa, y sobre todo , la existencia de filtros que mejoran la imagen y el dentado de las resoluciones VGA o anteriores, al estilo de lo que se ha hecho con las nuevas reediciones de las aventuras de Lucasarts, que elimina "el diente de sierra".

Con este tándem, DOSBOX y Dosblaster, podréis disfrutar de nuevo (o descubrir por primera vez) auténticas maravillas que duermen en las baldas de muchos coleccionistas. Y si no, ya sabéis que en San Google y bajo la palabra abandonware hay un tesoro por descubrir. ¡¡¡Que lo disfrutéis!!!

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